Una experiencia sin precedentes en el DiverXo. El restaurante del tres estrellas Michelín de Dabiz Muñoz.
ACTUALIZACIÓN MAYO 2019: Hice una segunda visita en Abril de 2019. Os dejo en 3 partes los enlaces a las publicaciones de Instagram donde podréis leer con detalle. Spoiler: Mucho mejor que la primera 🙂
PARTE 1. PARTE 2. PARTE 3 (Valoración general).
28 platos, muchísimos ingredientes y una memoria no mi acorde a mis 24 años, por lo que sería incapaz de desglosar un mes después que llevaba cada plato que probé el pasado mes de Enero de 2018 en Diverxo, aparte de lo básico que se observa en la foto. Copio y pego la reseña que hice en su día:
“Una de las mejores experiencias gastronómicas de mi vida digna para recordar. Conseguí hueco gracias a que Dabiz anunció por Instagram que liberaba unas cuantas plazas; por lo que me metí en la web y pagué 200€ de reserva (100 por cabeza). Llegamos allí y nada más verificar datos nos dieron un tour por el restaurante. Vimos la bodega (enorme), la cocina para postres (que tienen a 16° todo el rato, pobres empleados), la cocina normal (con muchísimos trabajadores) en la que estaba el propio Dabiz. Destaca de la cocina que todo el techo son extractores. Por último, vimos una pared en la que Dabiz apunta ideas de sus 3 locales.
Un viaje gastronómico que recorre todos los continentes.
Tras esto nos sentaron en la mesa. Te rodean con unas cortinas y empieza el “viaje”. El primero te lleva a México. Para mi gusto lo mejor de toda la comida en Diverxo. Empezó muy muy alto el listón. Abajo están las fotos, no describiré cada plato porque me tiraría 3 horas, pero el pan de maiz, un sandwich de rabo de toro, gazpacho de jalapeños.. de lo mejor que he probado en mi vida.
Posteriormente te dan a elegir entre coger Menú Corto (195€) y largo (250€). Cogimos este último ya que íbamos con hambre y ganas. Nos informaron de que la experiencia iba a durar 3 HORAS Y MEDIA . No entro mucho en detalles de lo siguiente ya que el total fueron 28 platos. Si que destaco que la parte de en medio fue más flojilla (ya que toca viaje a Asia y no es una cocina que me entusiasme mucho). Curioso detalle cuando se acercó un cocinero y nos preparó un Erizo de Mar en la mano.
Los postres buenísimos. Texturas muy variadas.
Los empleados encantadores, a excepción de uno joven con pelo de pincho que se limitaba a “vomitar” la información sin prestarnos atención y ni siquiera mirarnos.”